Las personas mayores requieren de una atención más esmerada, prestando atención a los detalles y garantizando que disfrutan de una buena salud tanto física como psicológica, de manera que vamos a aprender cómo hacer compañía a personas mayores, destacando su importancia así como una serie de consejos que nos ayudarán a que puedan disfrutar de una mejor experiencia.

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La importancia de hacer compañía a personas mayores

Cada vez son más las personas mayores solas, ya sea porque se valen por sí mismas y la familia no ha considerado todavía que puedan necesitar su ayuda, o incluso porque no tienen familia o la que tienen está muy ocupada o viven lejos.

Cualquiera que sea la razón, hay que tener en cuenta la importancia de la compañía para personas mayores, y es que, aunque incluso se puedan valer sin ningún tipo de problema, hay que tener en cuenta que su entorno va cambiando rápidamente, y es normal que pierdan a las personas que conocían, y en este sentido, la soledad en las personas mayores puede ir calando de forma profunda hasta incluso degenerar en problemas de salud importantes que se deben evitar.

El aislamiento social de las personas mayores pueden desembocar en tristeza, ansiedad, depresión, favorece la aparición de demencia, aumenta un 29% el riesgo de enfermedades cardíacas y un 32% el de accidente cerebrovascular, acrecientan las posibilidades de hospitalización y las posibilidades de muerte se multiplican por cuatro.

La muerte prematura también está detrás de muchos casos de aislamiento social, de manera que es muy importante trabajar en la compañía para adulto mayor con el objetivo de prevenir estos riesgos.

Consejos para hacer compañía a personas mayores

A la hora de hacer compañía a personas mayores, es importante seguir las recomendaciones que se detallan a continuación:

Tener en cuenta sus necesidades

Lo primero y más importante es analizar si la persona mayor tiene algún tipo de enfermedad que requieran de una atención especial.

Es muy importante realizar una valoración concluyente acerca de su independencia, de manera que tengamos claro si realmente se vale por sí misma o si comienza a desarrollar dependencias.

También es necesario estudiar su personalidad, ya que hay personas que necesitan mucha compañía, mientras que otras son más inherentes en este sentido, por lo que se pueden ajustar más los horarios.

Los quehaceres diarios como hacer la comida, a la limpieza, asearse, etcétera deberán ser los principales objetivos de este análisis para determinar si esta persona necesita de nuestro apoyo como familiares o debemos contratar empresas de servicio doméstico.

Contratar un servicio de acompañamiento de personas mayores

En la actualidad, prácticamente todas las familias tienen a todos y cada uno de sus miembros estudiando o trabajando, lo cual hace que, muchas veces, resulté bastante complicado poder atender las necesidades de las personas mayores.

También es muy frecuente que vivamos lejos y que, en definitiva, no podamos atenderlas como ellos merecen, en cuyo caso, la mejor solución es contratar un servicio de acompañamiento de personas mayores, ya que se trata de un equipo de profesionales que se van a hacer cargo de absolutamente todas sus necesidades, incluyendo desde atender las necesidades diarias en materia de salud y cuidados, hasta por supuesto disfrutar de una buena compañía.

Establecer una rutina

Acompañar una persona mayor no significa estar siempre en su casa ni aparecer en cualquier momento sin avisar.

Todas las personas necesitamos nuestra intimidad de nuestros ratos, por lo que es importante establecer una rutina a través de la cual, la persona mayor sepa el día de la semana y las horas a las que vamos a acudir.

De igual manera, lo ideal es organizar una buena rutina para las comidas así como para que disfrute del ocio y practique sus hobbies favoritos.

Una empresa asistencia domiciliaria siempre va a tener en cuenta la importancia de esta organización horaria, y en todo momento cumplirá con las exigencias de los familiares para asegurar que la persona mayor poder disfrutar de una buena compañía y una buena asistencia y a la vez de su propia libertad.

Pasear con las personas mayores

Conforme pasan los años, nuestro cuerpo poco a poco se va resintiendo, y esto hace que el ejercicio físico se haga cada vez más complicado.

Es muy importante realizar algo de ejercicio cada día, y de entre todos los que puede elegir la persona mayor, salir a pasear es uno de los más seguros y que mejores resultados aporta.

Salir a pasear con personas mayores ayuda a que los lazos entre ambos se estrechen mucho más, además de que psicológicamente aporta grandes beneficios que previene la aparición de problemas psicológicos y mentales como puede ser la demencia.

Vamos a respirar aire limpio, quemaremos grasas, se reducirá la tensión arterial y los huesos y músculos recuperarán su resistencia, fuerza y elasticidad.

También es una buena forma de socializar, ya que por el camino podemos ir encontrando a gente con la que hablar, despeja la mente, rompe la idea de soledad y a la vez también se fortalece el sistema inmunitario.

Los perros de compañía para personas mayores también pueden ser un buen complemento tanto a la hora de salir a pasear como incluso cuando están en casa, ya que estos animales no sólo aportan compañía sino también cuidarán y protegerán a la persona anciana.

Comunicación con personas mayores

Sabemos que muchas veces, la combinación con personas mayores se puede dificultar, ya sea por una personalidad fuerte que todavía se endurece más con el paso de la edad, o por supuesto también por la pérdida paulatina de capacidades sociales y psicológicas.

Sin embargo, si nos esforzamos por aprender a comunicarnos con ellos, vamos a conseguir reforzar la relación, a la vez que también se evita el deterioro cognitivo del anciano.

En este sentido recordamos que es muy importante tener en cuenta algunos consejos como por ejemplo la existencia de algún tipo de enfermedad, problemas de memoria, dificultad a la hora de escucharnos o entendernos, etcétera.

Es importante tener paciencia y ajustar el volumen, el tono y la articulación de las palabras para asegurarnos de que la comunicación es fluida.

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