Tal y como indica el término, el síndrome vespertino es un problema que se desarrolla a horas vespertinas pero, ¿de qué se trata exactamente? Vamos a intentar explicar qué es, las causas por las que se produce, los síntomas que nos ayudan a detectar si una persona padece del síndrome, hablaremos de la posibilidad de recurrir a algún tipo de tratamiento, además de que os vamos a dar unos consejos muy sencillos con los que podréis hacer frente en caso de que se observe en nuestro entorno.

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¿Qué es el síndrome vespertino?

Se conoce como síndrome vespertino a un conjunto de síntomas que se pueden desarrollar en personas con demencia y que tienen lugar entre las últimas horas de la tarde y la noche.

Este problema puede dar lugar a complicaciones de desorientación en ancianos, comportamientos agresivos e incluso al desarrollo de cuadros de ansiedad.

Es muy importante entender que el síndrome vespertino no es una enfermedad ni tampoco está clara la causa por la que se desarrolla, pero es determinante detectarlo lo antes posible para poder garantizar la seguridad de nuestros mayores así como recurrir a los cuidados necesarios que permitirán conseguir una rápida mejora.

Causas del síndrome vespertino

Uno de los mayores problemas a los que nos enfrentamos cuando se desarrolla el síndrome vespertino es el hecho de que, tal y como decíamos, no es una enfermedad sino un conjunto de síntomas, por lo que no existe una causa clara de por qué se produce y desarrolla.

Lo que sí se ha observado es que tiene lugar en personas con demencia, destacando el síndrome vespertino Alzheimer.

Hay diferentes factores como la fatiga, la ausencia de luz, presencia de infecciones e incluso problemas para distinguir entre realidad y sueño que aumentan los síntomas en número y gravedad.

En estos casos, es muy importante extremar el cuidado de personas mayores y dependientes llegada esta franja horaria.

Síntomas síndrome vespertino

Entre los síntomas más destacados del síndrome vespertino, podemos encontrar:

• Tiene comportamientos extraños como tirar los objetos de manera compulsiva.
• Intenta romper su ropa.
• Deambula con frecuencia.
• Presenta signos de desorientación.
• En ocasiones puede intentar incluso hacerse daño a sí mismo.
• Musita con frecuencia, desarrollando monólogos que pueden o no estar dirigidos a personas que haya en la habitación.
• Grita con más habitualidad.
• Durante la noche está más activo y siente sueño durante el día.
• Piensa que cuando llega el anochecer, tiene que volver a casa como si estuviese en el trabajo.

Consejos para ayudar a manejar el síndrome vespertino

Vamos a analizar cuáles son los cuidados que debemos llevar a cabo para conseguir que el paciente mejore y vea reducidos los síntomas enumerados anteriormente:

• Es importante que volvamos a regular su reloj biológico, lo que quiere decir que hay que asegurarse de que la persona afectada reciba luz natural cuando esté amaneciendo para que su reloj se adapte a los horarios reales y entienda cuándo empieza a amanecer.
• En caso de ser necesario, deberemos iluminar la estancia donde se encuentra durante la noche, de manera que sienta una mayor tranquilidad.
• Deberemos mantener un horario para las comidas y el sueño.
• Evitaremos que la persona duerma durante el día, sobre todo si padece Alzheimer.
• No deberá consumir estimulantes de ningún tipo.
• Por la noche tan sólo cenará algo ligero.
• Deberemos estar atentos a las causas que estén provocando esta desorientación. Este proceso puede ser bastante complicado, por lo que muchas familias deciden contratar un servicio de asistencia domiciliaria para poner una persona a su cargo que pueda utilizar su experiencia para determinar mejor las razones por las que se produce esta situación.
• Los paseos al aire libre son muy beneficiosos, para lo cual le puede acompañar un familiar o un cuidador.
• Es muy recomendable hacer algo de ejercicio físico por la noche antes de acostarse, ya que esto le ayudará a descansar mejor y así regularemos de nuevo su reloj biológico.
• Pese a que presente alteraciones, es importante que le hablemos de forma cariñosa y sobre todo muy relajada. Es importante evitar que se altere.
• Se recomienda establecer rutinas a lo largo del día, de manera que siempre realice las mismas actividades a horas definidas.
• Y por supuesto, deberemos consultar con el médico para que realice una valoración y pueda determinar lo que realmente necesita el paciente.

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