En esta ocasión vamos a hablar acerca de lo que se conoce como el síndrome del cuidador quemado, un problema que se desarrolla con el paso del tiempo y muy especialmente cuando se trata de personas que presentan una gran resistencia a los cuidados. Descubriremos cuáles son los síntomas para detectarlo con suficiente antelación, además de que vamos a aprender algunos trucos para prevenir el síndrome del cuidador.

¿Qué es el síndrome del cuidador?

Es muy habitual que, con el paso de los años, nuestros seres queridos vayan envejeciendo y presenten diferentes patologías tanto físicas como psicológicas que requieran de una atención directa.

Nuestro amor hacia ellos, nos lleva a hacer todo lo posible por cuidarlos, pero en ocasiones se trata de enfermedades muy complicadas que no pueden ser resueltas por una persona, o por unos pocos familiares que se estén haciendo cargo.

Esto lleva a la persona responsable a hacer frente a una carga excesiva que deriva en un agotamiento físico y emocional.

A dicho agotamiento es a lo que se denomina como síndrome del cuidador quemado, también conocido por su anglicismo síndrome de burnout.

Esto fundamentalmente se produce cuando las necesidades tanto físicas como emocionales del cuidador no son tenidas en cuenta, a lo cual se le suma el hecho de que una persona no está preparada para hacer frente a una situación de esta índole, lo cual puede derivar en serios problemas entre los que se encuentran la ansiedad y la depresión.

En algunos casos, el familiar se centra exclusivamente en el cuidado de estos parientes, dando lugar a un aislamiento social, así como a la sensación de sentirse abandonado o percibir que el resto de familiares se desentienden de la situación a la que está haciendo frente, así como de las necesidades de atención de la persona dependiente.

También es habitual que la persona que padece del síndrome del cuidador quemado tenga sentimiento de culpabilidad, ya que tiene la sensación de que realmente no está atendiendo suficientemente a su ser querido, con lo cual se crea una mezcla de problemas que derivan en problemas mayores y más difíciles de solucionar.

Síntomas del cuidador quemado

Vamos a destacar algunos de los principales síntomas del cuidador quemado, que son aquellos que nos deben alertar del desarrollo del síndrome:

• Ansiedad y depresión: el cuidador se siente solo, desatendido y sin ningún apoyo en su entorno, además de que está haciendo frente a una situación para la cual no se siente preparado.
• Agotamiento físico: la dedicación y las horas suponen una acumulación de cansancio a nivel físico, especialmente si se ve en la necesidad de realizar diferentes tareas para las cuales se exige un nivel de fuerza mayor como por ejemplo mover al paciente.
• Agotamiento mental: la suma de las cargas va dando lugar a un agotamiento a nivel psicológico.
• Cansancio persistente: se desarrolla la sensación de que en todo momento se está cansado, incluso después de haber descansado durante muchas horas.
• Problemas de sueño: es muy habitual que se desarrollen problemas para descansar adecuadamente.
• Disminución o abandono de las aficiones: la persona que empieza a desarrollar el síndrome del cuidador quemado, es habitual que deje de lado sus aficiones y aquello que le gusta para dedicarse por completo al cuidado del paciente.
• Desinterés por vivir nuevas experiencias: su ilusión por nuevos cambios en su vida o por vivir nuevas experiencias se reduce al mínimo, volviéndose más reacio a cualquier tipo de cambio.
• Irritabilidad: los niveles de irritabilidad aumentan de forma considerable.
• Aislamiento social: la persona afectada cada vez quiere aislarse más y evita el contacto con otras personas.
• Estrés: los niveles de estrés aumentan.
• Dolores y molestias físicas: se comienzan a desarrollar diferentes tipos de trastornos musculares y óseos, así como patologías cardiovasculares, trastornos gastrointestinales e incluso en algunos casos problemas respiratorios.
• Alteración del apetito y peso: la persona pierde el apetito y poco a poco va perdiendo peso.
• Problemas de atención y memoria: su capacidad para prestar atención se reduce.
• Cambios de humor: la persona afectada presenta cambios de humor de manera involuntaria.

¿Cómo prevenir el síndrome del cuidador?

Vamos a analizar cómo prevenir el síndrome del cuidador:

• Es importante que las tareas sean compartidas, y que la persona responsable reciba ayuda cuando lo necesite.
• En caso de no obtener dicha ayuda, se recomienda acudir a un servicio de cuidado de personas enfermas o dependientes, o a un servicio de asistencia domiciliaria.
• Es importante que aprenda a gestionar bien las emociones.
• En caso necesario, recurrirá a un psicólogo para recibir ayuda psicológica.
• Deberá buscar tiempo y espacio para sí mismo.
• Debe enfrentar la vida de una forma más positiva.
• Es importante que aumente la actividad física.
• No debe renunciar a su ocio, sino dedicarle más tiempo.
• También deberá empezar a preocuparse más por su propia salud.

También te puede interesar…