A muchos nos ha ocurrido en alguna ocasión tener a nuestro lado una persona mayor que no quiere salir de casa, una situación que se puede llegar a volver bastante compleja, y que además, como seres queridos, observamos que le está afectando muy negativamente tanto a nivel físico como a nivel psicológico. Es por ello que vamos a analizar las razones por las que se puede dar esta situación, y os daremos algunos trucos con los que vais a conseguir que, poco a poco, vaya cambiando su perspectiva.

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Motivos por los que una persona mayor no quiere salir de casa

Con el paso de los años y conforme vamos envejeciendo, tanto nuestro cuerpo como nuestra mente va experimentando cambios, de manera que cosas que antes nos encantaba hacer, de repente es posible que perdamos el interés para sorpresa de las personas que hay en nuestro entorno.

Esto se puede observar por ejemplo en personas que, habiendo estado siempre fuera, de repente no quieren salir de casa, y esto se puede deber a diferentes razones entre las cuales destacan:

• Dolores: la aparición de determinados colores, puede hacer que la salida se convierta en una experiencia poco agradable.
• Inseguridad: conforme vamos cumpliendo años, perdemos capacidades, y esto nos genera una mayor inseguridad.
• Factores psicológicos: existen diferentes factores psicológicos que pueden afectar negativamente a nuestro interés por salir a la calle. Por ejemplo, las personas que viven solas, acumulan inseguridad y desarrollan problemas de ansiedad y depresión, lo cual hace que sea más difícil enfrentarse a la realidad de la vida.

¿Qué hacer cuando un anciano no quiere salir de casa?

Vamos a intentar valorar algunos de los trucos que mejores resultados dan a la hora de conseguir ayudar a un anciano que no quiere salir de casa:

No abandonarles

El hecho de que una persona mayor no quiera salir de casa no es un motivo para abandonarle.

De nada sirven los chantajes emocionales, el no visitarlo o el dejarlo de lado con la excusa de que no quiere salir a la calle, ya que esto lo único que va a conseguir es agravar todavía más el problema.

Es muy importante seguir visitándolo lo máximo posible, y que en todo momento nos aseguremos de que está recibiendo los cuidados que necesita.

Esto muchas veces no es fácil por las obligaciones y exigencias de nuestro día a día, de manera que en estos casos, lo mejor que podemos hacer es solicitar ayuda profesional para el cuidado de ancianos a domicilio.

De esta forma, tenemos la seguridad de que, en los momentos en los que nosotros no podemos hacernos cargo, nuestro ser querido estarán bien cuidado y disfrutando de buena compañía.

Comprensión y comunicación

Debemos ser conscientes de que las personas mayores van cambiando con el paso del tiempo, de manera que no debemos dar por hecho que ese padre anciano es exactamente igual que el padre que conocíamos hace 30 años.

Esto significa que no debemos posicionarnos de manera inflexible dando por hecho una cosa cuando realmente puede ser la contraria, es decir, tenemos que ser comprensivos y entender que su forma de ver la vida puede estar cambiando o haber cambiado en los últimos años.

Actividades dentro de casa

En el caso de que en la persona no pueda salir de casa o se niega en rotundo a hacerlo, es importante que se mantengan activos, de manera que deberemos organizar actividades dentro de casa que le obliguen a moverse.

Esto es muy importante para evitar un deterioro acelerado, a la vez que también es una buena forma de empezar a estimularlo y conseguir que, en un tiempo, vuelva a tener ganas de salir y de hacer cosas por sí mismo.

Darles incentivos para salir

Cuando una persona mayor no quede salir a la calle, la última solución va a ser el obligarlo o forzarlo a ello.

Esto hará que cada vez quiera menos, pero si vamos haciendo el cambio de forma gradual, y poco a poco le vamos transmitiendo sensaciones positivas y motivos para salir a la calle, en poco tiempo podremos observar mejoras muy interesantes.

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