Existen diferentes razones por las que se puede producir la falta de apetito en personas mayores, de manera que es importante evaluar todas ellas para, de esta forma, averiguar la mejor forma de conseguir que vuelvan a alimentarse de manera correcta, además de que tendremos en cuenta algunas de las comidas más fáciles de introducir en el caso de un anciano no come.

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¿Qué causa la falta de apetito en las personas mayores?

Los problemas de apetito en ancianos, también conocidos como hiporexia, se pueden producir por muy diferentes razones, entre las cuales podemos destacar las más frecuentes que son:

• Con la edad, se reduce la necesidad de calorías debido una reducción de la actividad física.
• Poco a poco vamos perdiendo la capacidad de notar los olores y los sabores, lo cual hace que la comida sea menos atractiva.
• Hay fármacos e incluso tratamientos que pueden afectar a los sentidos del olfato y el gusto.
• La depresión es una enfermedad que a menudo reduce las ganas de comer.
• La soledad también suele acabar desarrollando la hiporexia.
• El ver cómo se acerca la muerte puede provocar falta de apetito en personas mayores.
• En ocasiones, hay cambios que pueden resultar bruscos y fomentar la falta de apetito como por ejemplo mudarse a otro hogar o ingresar en una residencia.

Tal y como se puede observar, son muchas las razones que pueden desarrollar la hiporexia, la cual puede ser de carácter temporal y solucionarse con una relativa facilidad, hasta convertirse en un serio problema de salud, ya que si no se soluciona lo antes posible, puede acabar desembocando en problemas de malnutrición o incluso agravar enfermedades y dolencias que ya parezca el paciente.

¿Cómo abrir el apetito a una persona mayor?

Lo más importante en estos casos es aprender a controlar bien lo que come el anciano, asegurándonos así que ingiere las calorías necesarias a lo largo de todo el día.

Una de las formas más cómodas y eficientes de conseguir que, es repartiendo la comida a lo largo del día en varias tomas con una menor cantidad de comida.

Generalmente, unas cinco o seis tomas diarias serán suficientes, pero siempre y cuando se utilicen alimentos nutritivos y con todo lo que necesitan para disfrutar de una buena salud.

Al utilizar varias tomas, no sólo conseguimos evitar que se sacie en cada una de ellas, sino que además, también llegará a la siguiente con algo más de hambre.

Para conseguir mejores resultados, es importante introducir alimentos que sean del agrado del anciano, e incluso, seremos tolerantes en el caso de que le apetezca comida fuera de las tomas que hayamos programado, ya que muchos de estos caprichos pueden ayudar a aumentar la ingesta de calorías a lo largo de la jornada.

Ahora que ya conocemos algunos de los trucos sobre cómo abrir el apetito una persona mayor, es el momento de analizar algunos de los alimentos más interesantes y que mejores resultados nos van a dar.

Comidas para ancianos sin apetito

Hay algunos tipos de comida para ancianos sin apetito que nos pueden ayudar a conseguir que se sacie menos pero ingiera tanto las calorías como los nutrientes que necesitan.

Entre ellas se encuentran la leche en polvo, el huevo los caldos, sopas y purés.

Para abrir apetito en ancianos, es muy importante que realicemos una dieta que sea variada no sólo para un aporte nutricional más completo, sino también para evitar que el anciano pueda aborrecer los platos, despertando así su interés y ganas por comer.

También es importante tener en cuenta que hay alimentos que consigue el efecto contrario, es decir, sacian mucho y pueden causar rechazo con tan sólo comer unos trozos, como es el caso de las carnes rojas, un tipo de carne que se caracteriza por tener un alto valor nutricional.

Si nos cuesta adaptarnos a este tipo de alimentación o no conseguimos buenos resultados, antes de correr el riesgo de una malnutrición por parte de nuestro ser querido, la solución puede ser contratar a una empleada a través de empresas de servicio doméstico que nos podrá ayudar con la cocina en el caso de que el anciano no se alimente adecuadamente, no pueda preparar la comida por él mismo, y nosotros no dispongamos de tiempo para estar pendientes de todas las tomas diarias.

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