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Cómo elegir un cuidador para una persona mayor

Oct 19, 2022 | Asistencia a domicilio | 0 Comentarios

Garantizar los cuidados a las personas mayores no sólo significa preocuparnos por ellas, sino también garantizar que en todo momento estarán bien acompañadas. Es por ello que en esta ocasión explicamos todo lo que hay que saber acerca de cómo elegir un cuidador para una persona mayor, prestando atención a todos los detalles que incluyen desde la preparación hasta las capacidades del profesional.

* Tiempo aproximado de lectura 4 minutos

Cómo elegir un cuidador para una persona mayor

Aprender cómo elegir un cuidador para una persona mayor puede ser determinante a la hora de garantizar la seguridad para el paciente y la tranquilidad para toda su familia.
Es por ello que vamos a dar unas recomendaciones básicas que deberéis tener en cuenta antes de realizar la contratación.

Detectar qué servicio se necesita

Lo primero y más importante que debemos hacer es analizar qué tipo de profesional vamos a necesitar, y para ello no hay más que estudiar bien las necesidades de las personas mayores que tienen que ser atendidas.

Por ejemplo, hay profesionales que se encargarán de hacerles compañía durante un determinado horario cada día, lo que se conoce como servicio de acompañamiento, mientras que otros tienen como cometido dedicarse exclusivamente a la limpieza y el mantenimiento del hogar, lo cual es el servicio doméstico a domicilio, y finalmente, otros están especializados en cuidados por problemas de salud, en cuyo caso se tratará de profesionales especializados en el cuidado de personas mayores a domicilio.

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Formación y experiencia

A la hora de contratar una cuidadora para una persona mayor, también es importante tener en cuenta su formación y experiencia.

Es muy habitual que algunas familias se dejen tentar por contratar a personas sin cualificación y experiencia, ya que esto generalmente supone gastar menos dinero, pero lo cierto es que en realidad el riesgo para la persona atendida va a aumentar de manera muy considerable.

Por esa razón, es esencial tener la seguridad de que la persona que se va a encargar de nuestro ser querido cuenta con una formación adecuada y toda la experiencia necesaria para saber que lo estamos dejando en las mejores manos.

Necesidades físicas de la persona mayor

Las necesidades físicas de la persona mayor también van a ser determinantes a la hora de elegir un cuidador que se encargue de ella.

Debemos tener en cuenta que si el anciano presenta problemas de movilidad reducida, deberá tener a su lado una persona que sea capaz de suplir esas carencias con su esfuerzo.

Detectar si tienen personalidades parecidas

Existe un detalle al que muchas veces no se presta atención que es al hecho de que la persona mayor va a pasar mucho tiempo con su cuidador, lo que significa que no sólo se establece una relación profesional, sino que también se puede llegar a desarrollar una relación de amistad.

Si el paciente no se siente cómodo con el cuidador, su calidad de vida y experiencia se reducirán de forma drástica, mientras que si conseguimos encontrar alguien que tenga una personalidad parecida, esto puede suponer grandes ventajas incluso a nivel psicológico, ya que la persona mayor se sentirá bien acompañada y cómoda.

Detectar si hay posibilidad de contrato

La realización de un contrato es esencial a día de hoy, ya que de lo contrario existen serios riesgos que deben ser tenidos en cuenta.

Esto significa que lo más importante es asegurarnos de que estamos en manos de profesionales reales, ya que las personas que no están interesadas en el contrato, muy a menudo tampoco dispondrán de toda la preparación que realmente necesitamos para tener la seguridad de que nuestros familiares están siendo bien atendidos.

Riesgos de tener a cuidadores sin contrato

Comentábamos en el apartado anterior que el no hacer contrato al cuidador de una persona mayor, puede llegar a suponer serios riesgos no sólo para nosotros, sino también para el propio cuidador e incluso para el anciano.

Entre los principales riesgos se encuentran los siguientes:

  • Al no existir contrato, se considera una contratación ilegal, algo que puede ser denunciado tanto por el empleado como por terceras personas.
  • Las sanciones a las que se expone una persona que tiene a otra trabajando sin contrato, van desde los 600 € en los casos más leves y hasta los 100.000 € en los más graves.
  • Una persona que no tiene contrato y no está asegurada, se encuentra en mayor riesgo, ya que en caso de accidente de cualquier índole, no dispondrá de un seguro que la cubra, lo que significa que el contratante deberá responsabilizarse en todo caso.
  • Recuerda que en la mayoría de casos, las personas que quieren trabajar sin contrato y sin seguro, son personas que carecen de formación y de experiencia, lo que significa que vamos a dejar nuestro ser querido en manos de alguien que no tiene preparación y que puedes suponer un serio riesgo para su integridad y su salud.

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